viernes, 18 de mayo de 2012

CULTURA DEL ESFUERZO

Ese es el lema que ha lucido el Valencia Basket ante la falta de patrocinador. Almenos un lema motivador para nuestros jóvenes. Y esto viene a cuenta de que estas últimas semanas he estado reflexionando sobre como implantar la cultura del esfuerzo en el baloncesto y más concretamente en el baloncesto base, donde veo preocupado a niños/as y clubes especialmente interesados en ganar y no tanto en que estudien y sean trabajadores. El esfuerzo debe ser un valor fundamental en el baloncesto y sin él no pueden llegar los resultados.
Yo planteo un modelo de baloncesto base a la imagen y semejanza de la antigua NCAA con equipos como los de Bobby Knight que contaba con más de un 90% de sus alumnos graduados. Digo la antigua porque desgraciadamente ahora en la NCAA está de moda el "One and done" (uno y listo) o mejor dicho el "won and done" (ganado y listo) de los actuales ganadores Kentucky que tiene en sus filas a 5 más que probables 1ª rondas del draft y que casi seguro que no han pisado un aula en todo el año. De esos barros vienen estos lodos: una estadística reza que el 60% de los jugadores de la NBA se arruinan en los 5 años siguientes a su retirada. Brutal, ¿eh?
Volviendo a lo que iba, yo creo que podemos utilizar el baloncesto como herramienta para que los niños e motiven para estudiar y formarse como personas. No se trata sólo de castigar sin jugar si no llevan buenas notas, se trata de incentivar el estudio y la formación. "Coach Carter" es un fiel reflejo de que las dos cosas son posibles y llevaderas.

Siempre me ha sabido mal que los padres castiguen sin ir a entrenar o a un partido a un niño porque tiene que estudiar pero luego no le castigan sin salir, o sin la play o sin la TV. Por otro lado creo que se puede hacer pero siendo consecuente con el resto de cosas, es decir, no puede tener otra vía de escape porque sino su futuro más inmediato será abandonar el baloncesto y además seguirá siendo un mal estudiante.
El otro día estaba hablando con el padre de un chico que entrené hace ahora unos 10 años (un grupo con muy buenos jugadores, entre los mejores de su edad en Mallorca) y entre otras muchas cosas, hablamos de que, de los 12 sólo 3 habían llegado a la universidad y el resto, la mayoría ni siquiera habían terminado ESO. Frustante y lamentable. Lo primero que pensé es que cuando yo los entrené sólo tenái 10 años y "todavía no llevaban malas notas". ¡Mal pensamiento! Porque da igual la edad, seguro parte de culpa tengo yo de lo sucedido, por supuesto el gran% lo tienen sus padres, pero tal vez algo más hubiera podido hacer yo. A su vez piensas que si alguno de ellos hubiera conseguido llegar a ser profesional del baloncesto probablemente no serían los más listos en la pista ni fuera de ella.
Pepe Laso contó una vez que que en unos campeonatos de España de Cadete le preguntó a un jugador muy interesante si miraba las estadísticas a lo que él respondió que no. Bien por un lado pensó Pepe, lo importante es jugar y no los números que haces, pero le incitó a que lo hiciera para ver si observaba un concepto concreto. Al día siguente le volvió a preguntar si había mirado las estadísticas, el chico respondió que sí y le preguntó que significaba el 200 que había abajo (refiriéndose al total de minutos jugados entre todos los jugadores), por supuesto la conversación terminó ahí...
Seguimos, con mi modelo, yo creo que al principio sería difícil de implantar (quejas de los padres, de los propios niños, abandonos con todo lo que conlleva para el equipo...) pero estoy convencido de que a la larga sólo aportaría cosas positivas para el club, para los jugadores, para los entrenadores y para el baloncesto en general.
Éstos serían los puntos importantes:
- Nos olvidamos de los resultados. Lo importante es la formación técnicp-táctica y emocional del jugador. Los entrenadores vivimos obsesionados por ganar los partidos del fin de semana, si ganamos estamos contentos y si perdemos estamos enfadados. No debería ser así deberíamos estar contentos si los niños/as van asoliendo los objetivos que nos hemos planteado a principio de temporada y dedicar nuestro pleno esfuerzo a ello en los entrenamientos. Luego en los partidos por supuesto hay que salir a ganar pero no contra nuestros principios.
- Los jugadores jugarán lo que se merecen según el esfuerzo que demuestren durante al semana. Esto es muy subjetivo y daría para otra parrafada, pero en líneas generales, sería que no debemos permitir que un jugador, por muy bueno que sea nos estafe en los entrenamientos.
- El baloncesto será lo más importante después de los estudios.
- No dejamos entrenamientos ni partidos por sacar malas notas sino si un jugador/a no se esfuerza por estudiar. Lo típico, hay personas que les cuesta más y otras que les cuesta menos, por eso valoraremos el esfuerzo y por eso necesitaremos una intensa y sincera colaboración de los padres.
- Respeto al entrenador, a los compañeros, al rival y a los árbitros.
Podría añadir algunos más pero a grosso modo ya queda reflejado hacia donde creo que debe ir la educación deportiva. En definitiva creo que si queremos que algo cambie debemos ser nosotros mismos los que debemos empezar con ESFUERZO Y DEDICACIÓN, por nuestros hijos, o sino podemos seguir quejándonos de lo mal que está todo y esperando a que alguién haga algo y los políticos creo que no...

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